La vida de Jen de salir de casa a hurtadillas e irse de fiesta se ha estancado. Así que, como capricho, Jen hace una apuesta; convertirá a Trevor, un chico bueno y del grupo de los empollones, en un "chico malo". Pero mientras empieza a pasar más tiempo con Trevor, ve que en realidad es divertido ser un empollón.
Pero cuando Trevor descubre la apuesta, Jen tiene que luchar por las cosas que ha descubierto que son más importantes: amistad, familia y, ante todo, amor.
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